V-1981 2020 – Nerello Mascalese en ánfora

V-1981 2020: un cru único del Etna

V-1981 2020 es uno de los proyectos más íntimos y limitados de Giuseppe Lazzaro. Nace de solo 0,5 hectáreas de Nerello Mascalese en suelos volcánicos, con viñas de unos 80 años. Con una producción de apenas 400 botellas, cada una encierra la esencia del Etna y la filosofía natural del productor.

Viticultura biológica y trabajo manual

El viñedo se cultiva bajo principios de agricultura biológica y natural, sin productos químicos y respetando la biodiversidad. La vendimia manual asegura una rigurosa selección de uvas, lo que permite obtener vinos auténticos, equilibrados y llenos de carácter. Cada racimo refleja el espíritu volcánico y artesanal de la región.

Fermentación espontánea y maceración prolongada

En la bodega, la fermentación se realiza de manera espontánea con levaduras indígenas, activadas mediante el tradicional “mosto madre”. Posteriormente, se lleva a cabo una maceración de más de un mes, que aporta estructura, taninos delicados y complejidad aromática. El vino no se clarifica ni se filtra, preservando toda su pureza.

Crianza en ánforas y pureza mineral

La crianza de V-1981 se realiza en ánforas de terracota durante 18 meses, lo que garantiza una micro-oxigenación suave sin alterar los aromas originales. Tras 6 meses en botella, el vino ofrece notas de frutos rojos, hierbas mediterráneas, especias y una elegancia marcada por la mineralidad volcánica.

Ficha técnica V-1981 2020

• Región: Sicilia – Etna

• Variedad: 100% Nerello Mascalese

• Denominación: Terre Siciliane IGT Rosso

• Superficie: 0,5 ha

• Suelo: volcánico

• Edad del viñedo: 80 años

• Viticultura: biológica, natural

• Vendimia: manual

• Vinificación: fermentación espontánea, maceración prolongada

• Crianza: 18 meses en ánfora, 6 meses en botella

• Clarificación / filtración: no

• SO₂ añadido: no

• Producción: 400 botellas

Giuseppe Lazzaro

En las laderas orientales del Etna, donde la tierra volcánica negra se encuentra con el mar y los bosques, vive y trabaja Giuseppe Lazzaro junto a su familia. Durante generaciones han cultivado hortalizas, frutas y uvas para el consumo doméstico, pero fue su abuelo – maestro en poda e injertos – quien transmitió a Giuseppe la pasión por la naturaleza y el vino.

Tras años de experiencia con un reconocido productor del Etna, en 2020 Giuseppe decidió emprender su propio camino, dando vida a vinos que expresan su identidad, sus raíces y su sensibilidad hacia el territorio.

Actualmente posee 4,5 hectáreas de viñedos, distribuidas en cuatro municipios:

• Vertiente oriental: Giarre y Milo (700 m s.n.m.), con suelos volcánicos arenosos de origen muy antiguo.

• Vertiente septentrional: Castiglione y Randazzo (550–1.000 m s.n.m.), con suelos más jóvenes y pedregosos formados por lava solidificada.

Los viñedos, con 60–90 años de edad, están conducidos en el sistema tradicional de alberello y plantados exclusivamente con variedades autóctonas: Carricante, Nerello Mascalese, Minnella Bianca, Inzolia y Moscato.

Una filosofía de equilibrio

Para Giuseppe, la valorización y protección del frágil ecosistema del Etna es fundamental. En el centro de esta visión se encuentra la abeja negra siciliana, con la cual también produce miel, aliada esencial en la preservación de la biodiversidad. En sus viñedos conviven árboles frutales, hierbas silvestres y cultivadas, flores, arbustos y hábitats naturales para aves e insectos.

Lava, miel y vino

Cada fase del trabajo, tanto en viñedo como en bodega, sigue una filosofía de mínima intervención:

• todas las operaciones se realizan manualmente, desde la vendimia hasta el prensado;

• en el viñedo, la propóleos de sus abejas se utiliza como tratamiento natural preventivo;

• en bodega, las fermentaciones son espontáneas con levaduras autóctonas;

• la clarificación ocurre de forma natural gracias a las bajas temperaturas invernales.

Los vinos expresan el alma del volcán: puros, minerales, vibrantes y auténticos, fruto de un delicado equilibrio entre el hombre y la naturaleza.