Julien en Billat 2016 Magnum Ganevat

Jean-François Ganevat Côtes du Jura «Julien en Billat» Magnum

Visión general

El «Julien en Billat» Magnum de Jean-François Ganevat es un vino tinto biodinámico icónico del Jura. Nombrado por un viñedo en el corazón de Billat, esta cuvée mezcla Pinot Noir, Trousseau y Poulsard, reflejando el terroir único de la región. Las uvas se recolectan a mano y se vinifican siguiendo principios biodinámicos, mostrando elegancia, frescura y gran potencial de envejecimiento. Sus frutas vibrantes y matices terrosos hacen de él un tinto destacado del Jura.

Vinificación y crianza

Las uvas se recogen a mano y fermentan en barricas grandes de madera sin adición de sulfitos. El envejecimiento continúa en madera durante aproximadamente un año, permitiendo al vino desarrollar complejidad, finura y estructura equilibrada. Este método tradicional asegura elegancia y conserva el carácter frutal y mineral del vino.

Notas de cata

• Color: rojo rubí brillante.

• Aroma: aromas intensos de frutas rojas maduras, especias sutiles y notas terrosas.

• Paladar: elegante, con taninos suaves e integrados, acidez viva y un final largo y persistente.

Maridajes

Perfecto con carnes blancas, aves asadas, setas porcini y quesos curados. También ideal para degustarlo solo como vino de meditación. Servir a 16–18°C.

Ficha técnica

• Denominación: Côtes du Jura AOC

• Productor: Jean-François Ganevat

• Añada: variable según disponibilidad

• Variedades: Pinot Noir, Trousseau, Poulsard

• Vinificación: fermentación espontánea en barricas de madera, sin sulfitos añadidos

• Crianza: aprox. 1 año en madera

• Alcohol: alrededor de 12,5% Vol.

• Formato: Magnum (1,5 L)

• Temperatura de servicio: 16–18°C

• Alérgenos: contiene sulfitos

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Jean-François Ganevat

Un legado agrícola con visión de futuro

En el corazón del Jura, en el pequeño pueblo de Rotalier, nace la historia de Jean-François Ganevat, conocido cariñosamente como “Fanfan”, hoy uno de los nombres más emblemáticos del vino artesanal europeo. La familia cultiva estas tierras desde hace más de veinte generaciones, pero fue en 1998, tras su paso por Jean-Marc Morey en Chassagne-Montrachet, cuando Jean-François transforma la bodega con una visión nueva. La influencia borgoñona se funde con la tradición jurassiana en una identidad única. Los suelos de margas y caliza, la altitud y el clima fresco dan lugar a vinos de gran precisión y energía. Ganevat ha rescatado variedades olvidadas, combinando innovación y respeto absoluto por la historia.

Biodinámica y biodiversidad como forma de vida

El enfoque de Ganevat en el viñedo se basa en principios biodinámicos auténticos, no como fin, sino como forma de comprender el ecosistema. Aunque está certificado por Demeter, va más allá del estándar: sigue los ritmos lunares, utiliza preparados herbales y evita productos químicos. Las parcelas son pequeñas y cuidadas como jardines vivos. Variedades antiguas como Enfariné y Petit Béclan conviven con Savagnin, Chardonnay, Poulsard y Trousseau. La vid es tratada como un organismo sensible y complejo, y cada intervención busca potenciar su equilibrio natural.

Microvinificaciones sin red, pero con precisión

En la bodega, Jean-François trabaja como un artesano. Cada vino nace de una idea, de una emoción ligada al terruño y la añada. Levaduras autóctonas, sin filtraciones, sin aditivos, con dosis mínimas o nulas de sulfitos. Los blancos pueden envejecer durante más de siete años, desarrollando complejidad sin oxidarse, gracias a una perfecta tensión natural. Vinifica en barricas borgoñonas viejas, tinos troncocónicos o ánforas. No hay recetas fijas: solo una escucha profunda del viñedo y del momento. Los vinos resultan intensos, minerales, longevos y profundamente vivos.

Entre Jura y Beaujolais, una visión sin fronteras

En años recientes, Ganevat ha ampliado su trabajo al Beaujolais, junto a su hermana Anne. Bajo la etiqueta “Anne et Jean-François Ganevat”, elaboran vinos a partir de uvas de viticultores ecológicos de confianza. Aunque no provienen de viñedos propios, estos vinos reflejan el estilo vibrante y salino de la casa. Es una forma de mantener la libertad creativa sin renunciar a los principios de autenticidad. Hoy, Ganevat representa una viticultura resistente, libre y profundamente conectada con su tierra.