Damascene – Chenin Blanc Stellenbosch 2023

Visión general

El Damascene Chenin Blanc Stellenbosch 2023 es una expresión compleja de tres viñedos montañosos con suelos de esquisto, greywacke y granito. Las vides antiguas, plantadas entre 1972 y 1982, aportan concentración, elegancia y un equilibrio natural entre frescura y estructura. Este vino muestra tensión, textura y vibrancia, con aromas minerales entrelazados con fruta blanca y delicados matices herbales. Es un Chenin Blanc que recompensa la paciencia en bodega y en copa, revelando gradualmente capas de detalle. Contiene sulfitos.

Historia del vino

El Chenin Blanc de Damascene proviene de viñedos históricos de Stellenbosch: Sonop, Houmoed y Mooiplaas, situados en colinas entre 325 y 340 m de altitud. La cosecha de 2023, adelantada por las condiciones cálidas y secas, produjo uvas pequeñas, concentradas y con excelente acidez natural. Esta añada expresa el carácter único de las vides viejas, entregando elegancia, refinamiento y un perfil vibrante y mineral. Contiene sulfitos.

Filosofía en el viñedo

Cada viñedo aporta rasgos distintivos: Mooiplaas (granito, 1981) da estructura y profundidad; Houmoed (greywacke, 1972) ofrece complejidad y riqueza aromática; Sonop (esquisto, 1982) aporta frescura y tensión mineral. La viticultura de mínima intervención preserva la biodiversidad y la salud del suelo, mientras que el trabajo manual garantiza la integridad y pureza de la uva, reflejando auténticamente el terroir. Contiene sulfitos.

Enfoque en bodega

Las uvas se cosecharon a mano entre el 31 de enero y el 6 de febrero, enfriadas a 8 °C, seleccionadas manualmente y prensadas suavemente en ciclo champagne. La fermentación tuvo lugar en fudres austriacos de 1.000 L, con 11 meses sobre lías a 6–8 °C. No se realizó bâtonnage ni fermentación maloláctica, preservando la acidez natural viva. El azufre se añadió solo antes del embotellado en diciembre de 2024. Este proceso garantiza un Chenin Blanc expresivo, texturizado y mineral. Contiene sulfitos.

Notas de cata

Color: amarillo pajizo con reflejos verdosos.
Aroma: grava, tiza, piel de limón y delicados matices herbales.
Boca: melocotón blanco y pomelo rodeados de una textura cerosa, con sutiles notas de hierbas silvestres y mineralidad persistente. Vino de gran tensión y complejidad progresiva.

Maridajes

Ideal con pescados al horno o a la parrilla, mariscos, verduras al vapor, quesos frescos, risottos delicados y carnes blancas. También apto como vino de meditación por su profundidad y persistencia aromática. Contiene sulfitos.

Ficha técnica

• Variedad: 100% Chenin Blanc

• Origen: Stellenbosch

• Viñedos: Sonop, Houmoed, Mooiplaas

• Altitud: 325–340 m

• Suelos: esquisto, greywacke, granito

• Edad de las vides: 1972–1982

• Cosecha: 31 enero – 6 febrero

• Vinificación: fudres austriacos 1.000 L, sur lie, sin bâtonnage, maloláctica bloqueada

• Maduración: 11 meses sobre lías a 6–8 °C

• Producción: 2171 x 750 ml, 75 x 1500 ml

• Embotellado: 5 diciembre 2024

• Alcohol: 12.7% vol

• pH: 3.15

• AT: 6.3 g/L

• Azúcares residuales: 1.9 g/L

• Temperatura de servicio: 10–12 °C

• Contiene sulfitos

Bodega Damascene

Bodega Damascene

Historia

La bodega Damascene nació en 2017 gracias a la colaboración entre el enólogo Jean Smit y el empresario del vino David Curl, abriendo un nuevo capítulo en la viticultura sudafricana. Tras experiencias determinantes en importantes bodegas del Cabo, Smit imaginó un proyecto capaz de expresar la profundidad y pureza de los terruños más remotos del país. El nombre “Damascene” hace referencia a un momento de revelación que inspiró la creación de una bodega a la vez artesanal y visionaria. Desde el inicio, el objetivo fue claro: elaborar vinos que encarnen la identidad auténtica de los viñedos sudafricanos, permitiendo que la naturaleza sea la narradora principal.

Filosofía en el viñedo

La filosofía agrícola de Damascene se basa en una búsqueda constante de los terruños más puros e intactos del Cabo Occidental, con parcelas situadas en Stellenbosch, Swartland, Ceres Plateau y otras zonas de microclimas intensos y suelos antiguos. Los viñedos se trabajan con prácticas de mínima intervención, utilizando la fuerza de los elementos naturales, como vientos constantes, gestión orgánica del suelo, acolchado propio y un cuidado manual minucioso. La bodega colabora estrechamente con agricultores locales, guardianes de tradiciones transmitidas durante generaciones. La biodiversidad, la sostenibilidad y la expresión genuina del terroir son pilares fundamentales.

Enfoque en bodega

En la bodega, Damascene sigue un método que combina precisión y sobriedad. Las uvas se vendimian a mano, se enfrían y se trasladan por gravedad a depósitos de cemento para preservar su frescura e integridad. Las fermentaciones son espontáneas con levaduras autóctonas, aportando pureza y complejidad aromática. Los tintos maduran en grandes fudres austríacos, mientras que los blancos reposan en recipientes más pequeños y neutros. El uso de sulfitos es mínimo y se añade únicamente antes del embotellado para mantener una expresión transparente del viñedo. Contiene sulfitos.

Valores y espíritu

Damascene representa una forma de entender el vino que trasciende la técnica, convirtiendo cada botella en un relato del paisaje sudafricano. El equipo recorre miles de kilómetros para seleccionar viñedos de altura, parcelas aisladas y suelos con identidades geológicas singulares. Una parte de la producción se dedica a la experimentación, explorando nuevos estilos y lecturas de variedades tradicionales. Su identidad se basa en una visión contemporánea, curiosa y respetuosa con el entorno, que combina personalidad estilística con fidelidad absoluta al origen de la uva. El resultado es una gama de vinos vibrantes, precisos y expresivos que destacan entre lo más interesante del nuevo panorama sudafricano.