Schioppettino 2020 Bressan

Bressan Schioppettino 2020

Friuli Venezia Giulia IGT – Farra d’Isonzo (Gorizia)

El Schioppettino 2020 de Bressan representa la más pura expresión del patrimonio autóctono del Friuli. También conocido como Ribolla Nera, este antiguo varietal se cultiva en los suelos calcáreos y arcillosos de Farra d’Isonzo. Es un vino de rara elegancia y profundidad, fruto de una filosofía radical que rechaza cualquier compromiso o intervención industrial. Elaborado completamente a mano, fermentado con levaduras autóctonas y madurado de forma natural sobre sus lías finas, refleja el alma del territorio y la dedicación del viticultor.

En el viñedo, todas las labores son manuales, desde la poda hasta la vendimia. Las cepas, seleccionadas masalmente, se cultivan sin herbicidas, pesticidas ni fertilizantes químicos. La irrigación está estrictamente prohibida para mantener la concentración y autenticidad de la uva. La cosecha se realiza a mano únicamente cuando las uvas están perfectamente maduras y sanas.

La fermentación se desarrolla espontáneamente, con las levaduras naturales presentes en la piel. No se añaden aditivos ni levaduras industriales. El uso de dióxido de azufre se limita al mínimo, solo en el embotellado y siempre por debajo de los límites de la certificación ecológica. El vino madura sobre sus lías finas en grandes toneles de roble sin filtración ni clarificación. El resultado es un vino tinto vibrante, auténtico y lleno de carácter.

Notas de cata: color rojo rubí intenso con reflejos granates. Aroma profundo de mora, pimienta negra, grosella y hierbas silvestres. En boca es elegante, estructurado y fresco, con taninos sedosos y un final largo y especiado.

Maridajes: ideal con carnes rojas, caza, guisos y quesos curados. Servir a 18°C en copas amplias.

Datos técnicos:

• Uvas: 100% Schioppettino

• Origen: Farra d’Isonzo (Gorizia), Friuli Venezia Giulia

• Suelo: calcáreo-arcilloso con minerales

• Vinificación: fermentación espontánea con levaduras autóctonas

• Crianza: sobre lías finas en grandes barricas de roble

• Filtración: no realizada

• Alcohol: 13,5% vol

• Botella: 0,75 L – corcho natural monobloque

• Temperatura de servicio: 18°C

• Contiene sulfitos

Bressan – Farra d’Isonzo (Gorizia)

Historia y Tradición

La familia Bressan representa una de las expresiones más auténticas y radicales del patrimonio vitivinícola del Friuli Venezia Giulia. Situada en Farra d’Isonzo, en el corazón de la provincia de Gorizia, la bodega se distingue por su coherencia, su fidelidad a la tradición y su rechazo a cualquier forma de estandarización. Transmitida de generación en generación, la filosofía de Bressan se basa en el respeto absoluto por la naturaleza y la pureza del vino. Cada botella es el fruto de una dedicación total, de un saber ancestral y de un profundo vínculo con la tierra.

Filosofía en el Viñedo

En el viñedo, Bressan adopta una filosofía natural y rigurosa, basada en el trabajo manual y el respeto por los ciclos vitales de la vid. Todas las labores se realizan a mano, desde la poda hasta la vendimia. Se practica la selección masal de cepas autóctonas, excluyendo clones y organismos modificados genéticamente. No se utilizan herbicidas, pesticidas ni fertilizantes químicos, y la irrigación está completamente prohibida, ya que el agua diluye la esencia aromática del vino. Este enfoque extremo confiere a los vinos Bressan una autenticidad profunda y un carácter inconfundible.

En la Bodega

La bodega Bressan es un templo de la pureza y la autenticidad. Las uvas, vendimiadas a mano en su punto óptimo de madurez, fermentan espontáneamente con levaduras autóctonas, sin adición de levaduras industriales ni aditivos químicos. El uso de dióxido de azufre es mínimo y solo en el embotellado, siempre por debajo de los límites biológicos certificados. Los vinos maduran sobre sus lías finas hasta el embotellado, sin filtraciones, conservando toda su riqueza natural y complejidad. Cada vino evoluciona al ritmo del tiempo, expresando su verdad y carácter propio.

La Identidad Bressan

Bressan no solo es un método, sino una actitud: una defensa de la libertad expresiva del vino frente a la uniformidad moderna. Cada botella es una obra única, viva y cambiante. Los 20 hectáreas de viñedo se distribuyen en diversas parcelas con suelos y microclimas distintos, lo que otorga a los vinos una notable profundidad. El embotellado y etiquetado se realizan manualmente, utilizando corchos naturales monobloque, para preservar la autenticidad y el paso del tiempo. Bressan es un emblema de autenticidad, artesanía y resistencia cultural.