Richebourg 2021 Domaine Romanèe Conti

Richebourg Grand Cru 2021 – Domaine de la Romanée-Conti

La Elegancia Poderosa de Vosne-Romanée en una Añada Clásica y Refinada

El Richebourg Grand Cru 2021 de Domaine de la Romanée-Conti representa la máxima expresión de la nobleza del Pinot Noir. Situado en el corazón de la Côte de Nuits, este climat produce uno de los vinos más longevos y profundos de Borgoña.

La añada 2021, fresca y clásica, ha dado lugar a un vino de gran precisión aromática, mineralidad intensa y estructura refinada.

Terroir

Potencia, Profundidad y Verticalidad

El climat de Richebourg cubre unos 8 ha, de los cuales más de 3,5 ha pertenecen al DRC. Suelos arcillo-calcáreos, viticultura biodinámica certificada y uvas de altísima concentración caracterizan este Grand Cru.

Añada 2021: Frescura y Armonía

El clima fresco y una maduración lenta permitieron desarrollar vinos con acidez vibrante, taninos elegantes y un potencial de guarda extraordinario.

Vinificación y Crianza

Fermentación espontánea con levaduras autóctonas en madera, sin control térmico. Crianza de 18 meses en barricas nuevas de roble francés, sin filtrado ni clarificación.

Notas de Cata

• Color: Rubí intenso con reflejos púrpura

• Aroma: Frutas del bosque, violetas, té negro, sotobosque y especias

• Boca: Taninos sedosos, profundidad mineral, acidez fresca y final muy largo

Maridajes Recomendados

• Pichón asado con trufa negra

• Solomillo de ciervo con reducción de Pinot Noir

• Pechuga de pato con miel y pimienta rosa

• Risotto de boletus

• Quesos curados de leche cruda (Epoisses, Langres)

Temperatura de Servicio

16–17°C, con decantación de 1 hora.

Ficha Técnica

• Uva: 100% Pinot Noir

• Región: Richebourg Grand Cru AOC

• Productor: Domaine de la Romanée-Conti

• Agricultura: Biodinámica certificada

• Vendimia: Manual, selección rigurosa

• Crianza: 18 meses en barrica nueva

• Alcohol: ~13% vol

• Producción: Muy limitada

• Filtrado: No

• Distribución: Sólo por asignación

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Domaine de la Romanée‑Conti

La esencia absoluta de Borgoña, cimentada en el rigor, la tierra y el tiempo

El Domaine de la Romanée‑Conti, conocido simplemente como DRC, es mucho más que un productor de vino: es un icono global y un símbolo de perfección enológica en el corazón de la Côte de Nuits, en Vosne‑Romanée. Su historia se remonta siglos atrás, y está ligada a la legendaria viña homónima —la Romanée‑Conti—ya venerada en el siglo XVIII y deseada por nobles y cardenales. Su forma moderna se consolidó en el siglo XX bajo las familias de Villaine y Leroy, que siguen compartiendo su gestión y visión. Todos sus viñedos son Grand Cru, situados en las parcelas más nobles de la Borgoña, desde La Tâche y Richebourg hasta Romanée‑Saint‑Vivant y Montrachet. La producción es extremadamente limitada, y cada botella encarna una búsqueda extrema de pureza, profundidad y coherencia con el terruño.

En viñedo: biodinámica rigurosa y respeto absoluto al terroir

En el Domaine, la viticultura no es una moda, sino una convicción profunda. Sus viñedos cuentan con certificación biodinámica desde hace años, aunque el respeto por la tierra precede a cualquier sello. Todas las labores, incluida la vendimia, son manuales, enfocadas en la expresión máxima de cada cru. La vid se trata individualmente, sin forzamientos, sin riego, sin productos sintéticos. Los rendimientos son extremadamente bajos, y, junto a la antigüedad de las viñas, generan uvas de concentración y complejidad únicas. El concepto central es el tiempo: el tiempo para escuchar la tierra, observar la viña y esperar la madurez exacta. Solo así se logra un vino que trasciende décadas.

En bodega: rigor, gravedad y un clasicismo casi religioso

La vinificación en DRC se lleva a cabo con un rigor casi monástico, observando cada micro-parcela con meticulosidad. Las uvas se seleccionan una por una, con un criterio casi obsesivo. La fermentación ocurre en depósitos de roble con levaduras autóctonas, frecuentemente con racimo entero, y sin control artificial de temperatura. El mosto sigue su camino natural, sin intervención mecánica. Tras la fermentación, los vinos maduran unos 18 meses en barricas nuevas al 100%, siempre con la finalidad de conservar la identidad y no enmascararla. No se toleran atajos ni compromisos. Cada cuvée se embotella sin filtrar después de una evolución lenta, precisa y silenciosa. El resultado es un vino fuera del tiempo, sin modas ni concesiones, que habla con una voz única, etérea y vibrante.