Oppenheimer Herrenberg Riesling 2024 Carl Koch

Carl Koch

Historia

La bodega Carl Koch es una de las más destacadas del Rheinhessen, una región que durante mucho tiempo fue considerada el “depósito de vino” de Alemania, más orientada a la cantidad que a la calidad. La familia Koch ha cambiado por completo esta percepción gracias a más de 170 años de historia, pasión y visión artesanal. Todo comenzó en 1855, cuando Friedrich Koch instaló la primera planta para producir quinina, un descubrimiento médico esencial contra la malaria. Treinta años más tarde, su hijo Carl Koch reconvirtió la empresa familiar a la viticultura. En las colinas de Oppenheim-am-Rhein y Dienheim, plantó los primeros viñedos que transformarían la reputación de la región. Hoy, bajo la dirección de Paul Berkes, séptima generación, la finca cuenta con más de 12 hectáreas de viñedos cultivados en ecológico y certificados desde 2010.

Filosofía en el viñedo

La filosofía de Carl Koch se basa en el respeto absoluto por la naturaleza y la expresión del terroir. Los suelos, de composición arcillo-calcárea y pH alcalino, aportan a los vinos una mineralidad precisa y un equilibrio aromático inconfundible. Los viñedos se extienden sobre laderas soleadas con vistas al Rin, donde prosperan Riesling, Sylvaner, Gewürztraminer, Pinot Blanc, Pinot Gris, Pinot Noir y St. Laurent. Las prácticas agrícolas respetan el equilibrio natural, con cosechas manuales y rendimientos bajos que garantizan una pureza y autenticidad excepcionales. Cada racimo es un reflejo fiel del territorio.

Enología y vinificación

En la bodega, el joven enólogo argentino Augustin Nova (ex Kloster Eberbach) ha elevado la calidad de los vinos a niveles estelares. Las fermentaciones son espontáneas y los vinos se crían en acero inoxidable, roble austríaco o madera de acacia. La fermentación maloláctica nunca se induce y en los blancos suele evitarse para conservar su frescura natural. Todo se orienta a un objetivo: la elegancia. Los vinos de Carl Koch destacan por su perfume, equilibrio y fineza, resultando más accesibles y gastronómicos que muchos de sus equivalentes del Mosela o Nahe.

Identidad y visión futura

La visión de Carl Koch es la de una viticultura moderna y consciente, arraigada en la tradición. Cada vino expresa una combinación de precisión alemana y sensibilidad artesanal. La producción es limitada, raramente superior a 2.000 botellas por etiqueta, lo que convierte cada vino en una joya de colección. La búsqueda de la calidad absoluta se combina con una estética sobria que resalta la pureza del terroir. Carl Koch demuestra que Rheinhessen puede rivalizar con las regiones más prestigiosas de Alemania, ofreciendo vinos elegantes, equilibrados y profundamente auténticos.