Meursault Poruzots 2021 Mikulski

Meursault 1er Cru Les Poruzots 2021 – François Mikulski

Un Meursault de carácter y estructura esculpido por su terroir

Filosofía en el viñedo

El climat Les Poruzots, justo debajo del célebre Genevrières, es conocido por dar vinos más amplios y potentes. Las viñas de Mikulski, cultivadas con prácticas orgánicas no certificadas, se benefician de una excelente exposición y de suelos arcillo-calcáreos profundos que permiten una madurez equilibrada y una mineralidad intensa. En la añada 2021, François y su hijo Jules trabajaron con gran cuidado para preservar el equilibrio natural de las plantas, evitando el estrés hídrico y seleccionando a mano los racimos más sanos.

En bodega

En la bodega, la elaboración de Poruzots sigue el estilo de Mikulski: precisión, contención y pureza. La fermentación es espontánea, en barricas de roble, con poco bâtonnage y un uso moderado de madera nueva (máximo 20%). El vino se cría 12 meses en barrica, seguido de 6 meses en inoxidable para estabilizarlo. El resultado es un Meursault que combina generosidad, tensión salina y elegancia mineral.

Notas de cata

Color amarillo pajizo brillante.
Aromas de cáscara de cítricos, mantequilla fresca, piedra húmeda y un toque de roble ahumado.
En boca es amplio, con buena textura, mineralidad marcada y un final largo con notas florales y de avellana.

Ficha técnica

• Denominación: Meursault 1er Cru AOC

• Climat: Les Poruzots

• Añada: 2021

• Variedad: 100% Chardonnay

• Vinificación: fermentación espontánea en barrica

• Crianza: 12 meses en roble (20% nuevo) + 6 meses en inoxidable

• Suelo: arcillo-calcáreo profundo

• Botellas producidas: aprox. 2.000

• Sulfitos: mínimos, solo antes del embotellado

• Certificación: prácticas orgánicas (no certificadas)

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Domaine François Mikulski

Elegancia natural y precisión borgoñona en Meursault

Ubicado en el corazón de Meursault, el Domaine François Mikulski es hoy uno de los nombres más respetados de la Côte de Beaune. Fundado a principios de los años 90, el domaine refleja la visión personal de François Mikulski: una mezcla de perfeccionismo silencioso y profundo respeto por el terroir de Borgoña.

Una filosofía vitícola que escucha la tierra

En los viñedos de Mikulski, cada intervención responde a un principio esencial: respetar la vida del suelo y la expresión de cada parcela. Las viñas —repartidas entre Meursault, Puligny, Volnay, Pommard y Monthélie— se cultivan con prácticas orgánicas (no certificadas por decisión propia), con labores suaves, poco uso de cobre y atención extrema a la salud vegetal. El objetivo no es intervenir, sino acompañar: François y su hijo Jules prefieren observar y adaptarse a cada añada.

En bodega: rigor y sobriedad

La vinificación sigue la misma lógica: discreta, precisa y sin artificios. Las fermentaciones son espontáneas, el bâtonnage escaso y el uso de barrica nueva muy contenido (rara vez más del 20%). Cada lieu-dit se vinifica por separado para preservar su carácter. Los vinos son ejemplos de pureza, frescura, verticalidad y precisión, alejados de toda exuberancia, hechos para quienes aprecian la finura.