Meursault Chaume Les Perriers 1999 Domaine d’Auvenay

Chaume Les Perriers 1999 – Domaine d’Auvenay

Un Chenin Blanc seco, puro y eléctrico de un terruño marcado por la tradición

El Chaume Les Perriers 1999 de Domaine d’Auvenay es una joya absolutamente única: un Chenin Blanc seco procedente de un viñedo enclavado en Chaume, una zona históricamente conocida por sus vinos dulces. Lalou Bize-Leroy rompe las reglas aquí, vinificando este vino sin azúcar residual, con una expresión directa, mineral y sin artificios del terroir.

La añada 1999 fue excelente para lograr concentración y tensión, dando lugar a un blanco seco de longevidad extraordinaria y elegancia vibrante.

Viñedo y vinificación

El viñedo se trabaja según principios biodinámicos rigurosos, con una gestión enfocada en el equilibrio ecológico. La vendimia es manual, en varias pasadas, seleccionando solo racimos sanos, libres de botrytis.

La fermentación es espontánea con levaduras autóctonas, seguida de una crianza en barricas de roble usadas durante más de 24 meses, sin clarificación ni filtrado. El resultado es un vino de precisión, tensión y carácter.

Notas de cata 🍋🪨🌿

• Color: Amarillo dorado pálido con reflejos acerados.

• Nariz: Precisa y mineral. Cáscara de limón, infusión de hierbas, flores secas, almendra blanca, té verde y pedernal.

• Boca: Seco, vertical y salino. Gran acidez, cuerpo ligero pero firme, final largo con notas cítricas y mineralidad cortante. Energía pura.

Temperatura de servicio y maridajes

Servir entre 12 y 13 °C. Ideal con mariscos crudos, vieiras, platos vegetarianos con hierbas frescas o quesos de cabra cremosos. También excelente para disfrutar solo.

Ficha técnica

• Productor: Domaine d’Auvenay

• Denominación: Chaume (vino seco, fuera de clasificación tradicional)

• Añada: 1999

• Variedad: 100% Chenin Blanc

• Agricultura: Biodinámica certificada

• Vinificación: Fermentación espontánea, crianza de más de 24 meses en barrica usada, sin clarificación ni filtración

• Graduación alcohólica: 13%

• Azúcares residuales: Nulos (vino seco)

• Temperatura de servicio: 12–13 °C

• Potencial de guarda: Más de 30 años

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Domaine d’Auvenay – El alma escondida de Borgoña

Introducción a una leyenda viva

El Domaine d’Auvenay es uno de los nombres más raros, enigmáticos y venerados de toda Borgoña. Ubicado en el pequeño pueblo de Saint-Romain, en el corazón de la Côte de Beaune, representa la expresión más íntima y artesanal de Lalou Bize-Leroy, figura mítica del vino francés. A diferencia del renombrado Domaine Leroy, también propiedad suya, Auvenay es un microcosmos: apenas cuatro hectáreas cultivadas con una meticulosidad obsesiva y vinificadas con una filosofía sin concesiones. Es aquí donde Lalou da vida a algunos de los vinos más puros, intensos y longevos del planeta, especialmente Chardonnay y Pinot Noir procedentes de pequeñas parcelas seleccionadas con una precisión casi espiritual.

Filosofía y trabajo en el viñedo

Cada viña del Domaine d’Auvenay se trabaja según los principios de la agricultura biodinámica, sin productos químicos, con trabajos exclusivamente manuales y una atención minuciosa al equilibrio natural del suelo. No se busca solamente una uva sana, sino crear un ecosistema vivo. Los rendimientos son extremadamente bajos, cada cepa se trata como un organismo único, cada racimo se selecciona con el mayor cuidado. La vendimia es totalmente manual, guiada por la observación del viñedo más que por el calendario.

Vinificación: tiempo, gravedad y verdad

La vinificación en Domaine d’Auvenay se basa en una filosofía tradicional y rigurosa. Las fermentaciones son espontáneas, sin levaduras añadidas, realizadas en barricas o demi-muids usados. En muchas añadas, la fermentación maloláctica no se realiza, preservando la frescura y tensión natural del vino. La crianza es larga, muchas veces de varios años, sobre lías finas y siempre en madera. Los vinos no se clarifican ni se filtran. El embotellado se realiza únicamente cuando Lalou considera que el vino está listo, sin prisa y sin presión.

Vinos blancos: la epifanía del Chardonnay

Los vinos blancos del Domaine d’Auvenay son considerados entre los mejores del mundo. Desde appellations humildes como Bourgogne Aligoté hasta grandes nombres como Puligny-Montrachet Les Enseignères o Chevalier-Montrachet Grand Cru, estos vinos expresan una pureza cristalina, una mineralidad tensa y una concentración casi escultórica. Cada añada refleja el terroir y el clima con una fidelidad absoluta. Son vinos que se sienten más que se explican, que evolucionan con el tiempo y que recompensan la paciencia con emociones profundas.

Vinos tintos: transparencia y alma del Pinot Noir

Los Pinot Noir de Auvenay son extremadamente raros y altamente codiciados. Proceden de parcelas diminutas y poco conocidas como Auxey-Duresses o Volnay, así como de grandes crus como Mazis-Chambertin. Son vinos que priorizan la precisión, la elegancia y la profundidad aromática sobre la potencia. Su expresividad es contenida, su evolución lenta, su impacto emocional duradero. Son botellas que cuentan historias, no solo del lugar, sino también de quien las ha creado.

Un valor de culto en el mercado mundial

Conseguir una botella de Domaine d’Auvenay es prácticamente imposible. La producción es minúscula, la distribución extremadamente selectiva, la demanda global. Los precios alcanzan cifras desorbitadas, llegando a superar los 10.000 euros por botella en los crus más buscados. Pero para quienes han tenido la suerte de probarlos, estos vinos representan algo mucho más allá del lujo: son una experiencia sensorial, una memoria líquida, una obra de arte embotellada.

¿Por qué Domaine d’Auvenay es único?

Porque su filosofía es radicalmente coherente. Porque su trabajo en viñedo y bodega es puramente artesanal. Porque sus vinos son verdaderos, crudos, auténticos. Porque no buscan agradar a todos, sino hablar con profundidad a quienes saben escuchar. Porque cada botella es un fragmento irrepetible de historia, naturaleza y humanidad.