Glu Glu 2022 Mani di Luna

Glu Glu 2022 – Fattoria Mani di Luna

La esencia de un vino fácil, natural y vivo

Glu Glu 2022 es un vino de segunda fermentación natural en botella, elaborado con Trebbiano Toscano (Procanico) 100%. Fresco, afilado y ligero, pensado para disfrutar sin complicaciones. Su nombre lo dice todo: glu glu es el sonido del placer inmediato.

Fermentación natural con mosto propio

La segunda fermentación se realiza con mosto congelado del mismo año, sin aditivos. Una técnica artesanal que aporta una burbuja fina y natural, con una acidez viva y estimulante.

Notas de cata: crujiente, salino, irresistible

Nariz: notas de fruta amarilla, cítricos y corteza de pan.
Boca: vibrante y mineral, con una acidez marcada y un final limpio y refrescante.

Cuándo tomarlo y con qué combinarlo

Ideal a cualquier hora: aperitivos, picnic, mariscos fritos, verduras a la parrilla, quesos frescos.
Disfrútalo bien frío, con gente alegre y sin formalidades.

Ficha técnica

• Variedad: 100% Trebbiano Toscano (Procanico)

• Añada: 2022

• Fermentación: en botella con mosto congelado de la misma añada

• Vinificación: espontánea, sin clarificar ni filtrar

• Alcohol: 11% vol

• Temperatura de servicio: 6–8°C

• Sulfitos: contiene sulfitos (mínimos)

• Certificaciones: orgánico y biodinámico

• Tipo: espumoso natural de segunda fermentación

• Cierre: tapón de corona

• Producción: artesanal, limitada

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Fattoria Mani di Luna

Una historia enraizada en la tierra de Torgiano

En el corazón de Umbría, entre las suaves colinas de Torgiano y las fértiles llanuras donde el río Chiascio se une al Tíber, se encuentra Fattoria Mani di Luna. Esta tierra, habitada desde la época etrusca, siempre ha demostrado una fuerte vocación agrícola. Originalmente propiedad de la histórica familia Lungarotti, la finca pasó en los años 70 a manos de Mario Cascianelli, hijo de Maria Lungarotti. Abogado de profesión pero agricultor de alma, Mario reconoció el potencial del suelo, promoviendo el cultivo de vides, olivos y cerezos. Décadas después, esa visión se transformó en un nuevo proyecto que renació en 2012 con identidad renovada.

Un renacer biodinámico: escuchar la naturaleza para cultivar vida

En 2012, tres amigos – Simone, Rocco y Alessandro – unieron sus fuerzas para relanzar la finca, fundando Fattoria Mani di Luna con el objetivo de convertirla a la agricultura ecológica y biodinámica. El propio nombre evoca un enfoque basado en el respeto de los ritmos lunares y cósmicos. Su filosofía agrícola se inspira en Rudolf Steiner y Nicolas Joly, interpretando la tierra como un organismo vivo con alma propia. Aquí, cultivar no es solo una labor técnica, sino una manera de sintonizar con el suelo, las plantas y las constelaciones, fomentando el equilibrio entre microcosmos y macrocosmos.

Vinificación artesanal, guiada por la música de las esferas

En la bodega, todo se realiza de forma manual, artesanal y consciente. Las uvas se vendimian a mano y se despalillan manualmente para preservar su integridad, luego se pisan con los pies en un gesto casi ritual. Las fermentaciones son espontáneas, guiadas por levaduras autóctonas mediante el método pie de cuba. Todas las operaciones siguen el calendario lunar y las indicaciones cósmicas, evitando clarificaciones y filtraciones. El vino se cría en depósitos de hormigón vitrificado, acero inoxidable y ánforas de arcilla en experimentación. A veces se usan cristales de cuarzo durante la crianza para afinar los aromas y aportar una identidad energética singular al vino.

Un vino que es lugar, energía y vínculo humano

Fattoria Mani di Luna no produce simplemente vino, sino que crea obras líquidas que expresan una identidad precisa. Cada botella refleja territorio, energía cósmica y relación humana. La biodinámica es entendida como una filosofía de vida, donde incluso el pensamiento humano genera fuerzas vivas. Cada vendimia y fermentación es una danza entre los elementos naturales y la consciencia. De esta sinergia nacen vinos auténticos, vibrantes y profundamente personales. La pasión, el respeto y la energía compartida son los ingredientes invisibles que dan alma al vino.