Dinavolo 2020 Denavolo

Dinavolo 2020: El arquetipo del blanco macerado italiano, según Giulio Armani

Dinavolo 2020 es el vino emblemático de Giulio Armani, fundador de Denavolo y reconocido enólogo de La Stoppa. No es solo un gran blanco con maceración; es un manifiesto artesanal, elaborado en las colinas de Piacenza, en Emilia-Romaña, por un productor que ha elegido escuchar únicamente a la naturaleza. En Travo, viñas viejas, altitudes generosas y suelos complejos dan vida a un vino naranja que sorprende, emociona y evoluciona con el tiempo.

En el viñedo: viñas antiguas, variedades autóctonas, agricultura natural

Dinavolo 2020 proviene de un viñedo plantado en 1988, situado entre los 500 y 700 metros sobre el nivel del mar, en una zona ventilada y soleada con suelos calcáreo-arcillosos. Las variedades cultivadas son típicas de la región: Malvasia di Candia Aromática, Ortrugo, Marsanne y Trebbiano. La viticultura es completamente natural, sin productos químicos ni riego, con total respeto por la biodiversidad y el equilibrio del suelo. La vendimia se realiza a mano, con una rigurosa selección de los racimos perfectamente maduros.

En la bodega: larga maceración y cero intervenciones

La fermentación es espontánea, sin levaduras añadidas, en depósitos de cemento y acero. Las pieles permanecen en contacto con el mosto durante unos 60 días, lo que aporta estructura, profundidad y textura. No se realiza clarificación, ni filtrado, ni se añade sulfuroso: es la expresión pura de la uva y la añada. El vino madura en recipientes neutros, preservando frescura, salinidad y vitalidad.

Perfil sensorial: profundo, texturizado, con alma

A la vista muestra un color naranja intenso y ligeramente velado. En nariz es complejo y cambiante, con notas de piel de cítricos, albaricoque seco, hierbas del monte, miel de flores silvestres, camomila y especias dulces. En boca es denso pero dinámico, con buena acidez, un fondo salino y taninos finos. Un vino que evoluciona en copa y promete una larga vida en botella.

Maridajes y temperatura de servicio

Perfecto con platos especiados, cocina asiática, tajines vegetales, quesos de corteza lavada, pasta rellena, sopas de legumbres o carnes blancas con especias. Servir entre 14 y 16 °C, preferiblemente tras decantar o abrir con antelación.

Ficha técnica

• Variedades: Malvasia di Candia Aromática, Ortrugo, Marsanne, Trebbiano

• Región: Travo (Piacenza), Colli Piacentini – Emilia-Romaña

• Altitud: 500–700 m s.n.m.

• Suelo: Calcáreo-arcilloso

• Agricultura: Natural, no certificada

• Fermentación: Espontánea, en cemento y acero

• Maceración: Aproximadamente 60 días con pieles

• Crianza: En depósitos neutros

• Sulfitos: No añadidos

• Alcohol: 12% vol

• Temperatura de servicio: 14–16 °C

• Maridajes: Cocina asiática, tajine, quesos curados, pasta rellena, sopas, carnes blancas especiadas

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Denavolo de Giulio Armani: el alma artesanal de los Colli Piacentini

Denavolo es la bodega fundada en 2005 por Giulio Armani, figura carismática del vino natural italiano y enólogo histórico de la cercana La Stoppa. Situada en Travo, entre los valles del Trebbia y del Nure, en los Colli Piacentini de Emilia-Romaña, esta bodega representa una visión radical y coherente del vino blanco artesanal — una expresión pura de altitud, suelo y tiempo.

Los viñedos, plantados entre 350 y 700 metros sobre el nivel del mar sobre suelos calcáreo-arcillosos, se cultivan de forma natural, sin productos químicos ni tratamientos sintéticos. La biodiversidad se respeta, y cada intervención en el viñedo responde a una profunda conexión con el entorno. En la bodega, Giulio Armani trabaja con fermentaciones espontáneas, largas maceraciones con las pieles y sin clarificaciones ni filtraciones. Sus vinos, principalmente blancos de variedades autóctonas como Malvasia di Candia Aromática, Ortrugo, Marsanne y Trebbiano, son profundos, ligeramente oxidativos, salinos y con gran capacidad de evolución.

Denavolo es sinónimo de vino vivo — en movimiento, libre y sin concesiones. Cada botella transmite la esencia del territorio y la sensibilidad de un viticultor plenamente en sintonía con la naturaleza.