Chateau Lafite 2005 Pauillac 1er Grand Cru Classè

hâteau Lafite Rothschild 2005: La Elegancia de una Cosecha Extraordinaria

El 2005 de Château Lafite Rothschild se considera uno de los más icónicos del siglo XXI. Un vino que encarna la esencia de Pauillac: refinado, profundo e increíblemente apto para el envejecimiento.

Historia y Legado

Un Gigante de Burdeos

Château Lafite Rothschild es uno de los cinco Premier Grand Cru Classé según la clasificación de 1855. La finca, propiedad de la familia Rothschild desde 1868, es sinónimo de excelencia, tradición y prestigio.

El Alma del Terroir

Ubicado en el corazón de Pauillac, Lafite destaca con sus 112 hectáreas de viñedos, cultivados con maestría que respeta la naturaleza y potencia la expresión del terruño.

Viñedo y Terroir

Pauillac en su Plenitud

Los suelos de grava sobre un subsuelo calcáreo, junto con un microclima ideal, permiten que el Cabernet Sauvignon, la principal variedad de uva en el blend, madure a la perfección.

Una Cosecha Perfecta

La cosecha de 2005 fue excepcional: una primavera suave, un verano cálido pero equilibrado, y una vendimia óptima. Todos los elementos se alinearon para producir un vino monumental.

Elaboración y Crianza

Selección Rigurosa

Las uvas se cosechan a mano y se seleccionan con mucho cuidado. La fermentación se realiza en cubas de madera y acero inoxidable, seguida de 18-20 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés.

Notas de Cata

Color

Rojo rubí profundo con reflejos violetas.

Nariz

Un bouquet extraordinario de grosella negra, grafito, tabaco dulce, especias orientales y cedro. Complejo, refinado y profundo.

Boca

Amplio, elegante y estructurado. Taninos sedosos pero presentes. Un equilibrio perfecto entre poder y refinamiento. El final es largo y mineral.

Maridajes

Un Maridaje para el Mito

• Filete de res con reducción de vino tinto

• Cordero asado con hierbas provenzales

• Carnes de caza (venado, jabalí)

• Quesos curados (Comté, Parmigiano de 36 meses)

Conclusión

Château Lafite Rothschild 2005 es una de las verdaderas obras maestras de los vinos de Burdeos. Un vino para coleccionistas, pero también para disfrutar lentamente y apreciar su evolución con el tiempo.

Ficha Técnica

Producto: Château Lafite Rothschild 2005
Productor: Domaines Barons de Rothschild (Lafite)
Denominación: Pauillac AOC, Burdeos – Francia
Añada: 2005
Formato: 750 ml
Tipo: Vino tinto seco
Variedades de uva: 89% Cabernet Sauvignon, 10% Merlot, 1% Petit Verdot
Graduación alcohólica: 13.5% vol
Temperatura de servicio: 17-18°C
Crianza: 18-20 meses en barricas nuevas
Potencial de guarda: Más de 50 años
Producción: Limitada

Ver todos los productos de Chateau Lafite

Château Lafite Rothschild: Una Leyenda del Vino de Burdeos

Château Lafite Rothschild es uno de los nombres más prestigiosos y emblemáticos del mundo del vino. Como uno de los cinco Premier Cru Classé de la famosa Clasificación de Burdeos de 1855, representa la excelencia, la elegancia y una tradición vinícola profundamente arraigada. Su historia se remonta a siglos atrás, entrelazada con el desarrollo del Médoc y la evolución del vino fino en Francia.

Los Orígenes: De la Edad Media al Siglo XVII

Primeras Referencias a «Lafite»

El nombre «Lafite» aparece por primera vez en el siglo XIII. Proviene del término gascón «la hite», que significa “la colina”, en referencia a su ubicación elevada, ideal para el cultivo de la vid.

La Familia Ségur y el Nacimiento de la Excelencia

Durante el siglo XVII, la propiedad pasó a manos de la familia Ségur, pionera en viticultura. Jacques de Ségur fue clave en el desarrollo de los viñedos y en sentar las bases de la reputación de Lafite como productor de vinos excepcionales.

Siglo XVIII: El Auge de la Fama

Favorito de la Realeza

En el siglo XVIII, el Marqués Nicolas-Alexandre de Ségur, conocido como el “Príncipe de las Viñas”, elevó la reputación de Château Lafite. Sus vinos se convirtieron en los preferidos de la corte de Versalles, incluyendo al rey Luis XV y a Madame de Pompadour.

Reconocimiento Internacional

Lafite también alcanzó gran prestigio fuera de Francia. Sus vinos eran altamente codiciados en Inglaterra y en las colonias americanas. Thomas Jefferson, futuro presidente de los Estados Unidos, fue uno de sus admiradores más entusiastas.

Siglo XIX: Reconocimiento Oficial y Era Rothschild

Clasificación de 1855

Durante la Exposición Universal de París en 1855, el emperador Napoleón III ordenó la creación de una clasificación oficial de los vinos de Burdeos. Château Lafite fue incluido como Premier Cru Classé, la más alta categoría, junto a Margaux, Latour y Haut-Brion (Mouton Rothschild se uniría en 1973).

Adquisición por los Rothschild

En 1868, el Barón James de Rothschild, miembro de la influyente familia bancaria, adquirió la propiedad. Desde entonces, el château adoptó el nombre de Château Lafite Rothschild, iniciando una nueva era bajo el cuidado de esta ilustre familia.

Siglo XX: Superación y Renovación

Resistencia en Tiempos Difíciles

A lo largo del siglo XX, Lafite enfrentó grandes desafíos: guerras mundiales, crisis económicas y la plaga de la filoxera. A pesar de todo, el château mantuvo su reputación gracias a una gestión cuidadosa y a su compromiso con la calidad.

Modernización y Visión de Futuro

Desde la década de 1970, bajo la dirección de Éric de Rothschild, se inició un proceso de modernización: renovación de instalaciones, mejoras en los viñedos y adopción de tecnologías avanzadas, sin perder el estilo clásico que define a Lafite.

Siglo XXI: Tradición e Innovación

Un Icono Global

Hoy en día, Château Lafite Rothschild es un símbolo internacional del lujo y la excelencia. La familia Rothschild ha expandido sus proyectos vinícolas a Chile, Argentina y China, pero Lafite sigue siendo la joya de la corona.

Compromiso con la Sostenibilidad

En los últimos años, el château ha reforzado su apuesta por la viticultura sostenible: prácticas ecológicas, reducción del uso de químicos y protección del ecosistema del viñedo para las generaciones futuras.

Conclusión

Château Lafite Rothschild no es solo un vino: es un testimonio vivo de siglos de historia, tradición y perfección. Con su linaje noble y su búsqueda constante de la excelencia, sigue siendo una referencia indiscutible en el mundo del vino. Cada botella encierra el alma de un terroir legendario.