Cereza 2019 Corvagialla

Corvagialla: libertad agrícola y vinos vivos de la Alta Tuscia

Corvagialla es una pequeña finca agrícola y vitivinícola situada en Castiglione in Teverina, en el corazón de la Alta Tuscia del norte del Lacio. Aquí, cerca del límite con Umbría, Tommaso Gallinari ha dado forma a un proyecto rural que es, ante todo, una elección de vida. Corvagialla es un espacio donde se vive y se cultiva de manera natural, sin forzar los ritmos, en conexión profunda con la tierra y el tiempo. El vino no es un producto, sino un gesto agrícola: libre, espontáneo y fiel a su origen.

Filosofía de viñedo y enfoque en bodega
Las viñas crecen sobre suelos volcánicos y tufáceos a unos 450 metros de altitud. El trabajo es completamente manual, sin tratamientos químicos, sin herbicidas ni riego. Se cultivan variedades locales como Procanico, Malvasía, Verdello y Ciliegiolo junto a árboles frutales, olivos, huertos, abejas y bosque. La biodiversidad es un eje del proyecto, al igual que una visión sobria y respetuosa de la agricultura.

En la bodega se fermenta de forma espontánea, sin clarificaciones ni filtraciones, y sin aditivos. El vino madura en cemento o en materiales neutros como la fibra de vidrio, para preservar su identidad natural. Cada añada es distinta, influida por el clima, la parcela y las manos que la trabajan.

Estilo e identidad
Los vinos de Corvagialla son directos, vibrantes y sin máscaras. Los blancos, a menudo macerados brevemente, son florales, salinos y tensos. Los tintos son jugosos, vivos, ligeros. Su fuerza está en la sinceridad, en la conexión con el lugar. Corvagialla no sigue tendencias, avanza según el ritmo natural de las estaciones.